FULLERO DULZOR.
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En todo momento, el amor, no es ni será panacea,
primero se contonea enciende nuestro rubor;
con su sonrisa mejor, en conquistarte se emplea,
pero luego te patea y te deja el estupor.
Va directo al corazón cuando lo sabe agotado
y si lo intuye soldado que no permite invasión,
se muestra débil llorón y perdemos el cuidado...
entonces se ve encumbrado y ataca con su cañón.
El amor está en la vida para mostrar lo que somos;
que todos nuestros aplomos, nada valen a su herida
y que contra su embestida no sirven armas ni plomos,
porque nos volvemos cromos de colección repetida.
Nos hace soñar despiertos y dormirnos en su engaño,
a su redil, cual rebaño, desde los pastos inciertos,
nos trae y lleva a sus huertos aún sabiendo el desengaño
que nos causa su peldaño aunque nos creamos expertos.
Nos hace sentirnos buenos- siempre es otro el pecador-
y se vuelve destructor si quieres ponerle frenos,
no podemos ser ajenos a su fullero dulzor
y es que sólo esto es amor, nada más y nada menos…
Guadalupe Santana Suárez ©
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