Buenos días. Les copio lo leído anoche en el Recorrido del Valle de Los Nueve Alto.
. Un poema hecho cierta vez a mi pueblo, que puede ser fiel reflejo del pueblo de cada uno... Si es que es así y les evoca su niñez, háganmelo saber para seguir teniendo fuerzas al intentar describir y reflejar mi sentir en el vuestro. GRACIAS
MI PUEBLO
Por la juventud que traigo
tacharán de atrevimiento,
que exponga mi sentimiento
por el pueblo de mi arraigo…
Pero aquí yo sólo extraigo
lo que me remueve el viento.
Mis pocos años no evitan
evocar a mi recuerdo,
cuando en mi infancia me pierdo
y aquellos juegos me gritan:
que aún en mi mente habitan
las remembranzas que muerdo.
Pues no hace tantas añadas
que volábamos cometas,
emulando las siluetas
de las aves, que agrupadas
-eran puntillas bordadas
jugando a las volteretas-
Apelo aquella inocencia
que en mi ser era reseña…
Yo le hablaba a la cigüeña
con mi candor y creencia
-hoy, sintiéndola en ausencia
mi evocación es risueña.
Yo tuve un coro de ranas.
Mis músicos eran grillos…
Fueron para mi, estribillos,
y para mi sueño, nanas.
Me preguntan mis mañanas:
¿Qué tienen hoy los chiquillos?
Mi niñez era un paisaje
de mariposas y flores,
matizando los albores
de mi persona y bagaje.
Mi humildad es homenaje
al pueblo de mis amores.
Yo no le pedí a la vida
tanto como ella me ha dado…
Y un caracol encantado
a mi ser le dio cabida.
“Por lejos que yo resida
mi latir aquí he fijado”
Discierno que es diferente
aquel pueblo del de ahora.
Igual que cualquier aurora
es distinta a la presente…
Pero espero que mi gente
cuide bien lo que atesora.
Los que como yo, sostienen
la juventud en las manos,
hemos de sembrar los granos
que los viejos enserenen…
Y nuestros hijos, que estrenen
costumbres de veteranos.
Porque la esperanza es vida
y el futuro es esperanza,
el ayer es enseñanza
que se nos queda prendida.
-“La esperanza está tendida-
¡Recojamos la esperanza!
Guadalupe Santana Suárez ©
Foto de Inma Perera Romero
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