ESTA EFÍMERA Y COMPLICADA VIDA.
Nuestra vida,
cada vez más complicada;
cada vez más materialista
más interesada, más egoísta.
Pero sin duda alguna,
más efímera,
pues pasamos por ella
muy de puntillas.
Está destruyendo nuestros valores
como seres humanos,
como cristianos...
Ya no hay hijos para padres,
ni hermanos para hermanos,
ni amigos, para amigos.
Aunque quisiera pensar
que en mucha de las circunstancias
no es por falta de amor
ni de humanidad,
sino por este ir y venir
tan apresurado del día a día,
que apenas nos deja tiempo
para respirar
y, a veces cuando nos cuesta dormir
se agolpan en nuestros pensamientos
muchas preguntas
que si pudiéramos
la llevaríamos a cabo
en ese mismo momento.
¡Dios mio! hace un mes
que no veo a mis padres,
que no veo a mis hermanos.
¡Ah, sí! El otro día vi a José
pero apenas tuve tiempo
para hablar con él.
Mañana sin falta
voy a ver a mis padres
veré a mis hermanos,
le haré una llamada
a mi amigo Juan,
al que he dejado olvidado.
Y amanece el día,
y sigue el agobio,
vuelve la rutina
y volvemos a seguir dejando
en segundo término
algo tan importante
como es la familia.
¡Qué pena esta apresurada
y complicada vida!
está acabando con el amor,
con el diálogo,
con los sentimientos;
en una palabra:
con nuestra propia vida.
SOLY MEDINA ©
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