martes, 7 de junio de 2022

ESPERANZA Guadalupe Santana Suárez

ESPERANZA

¡Cuanto disfruto la vida!.
el viento por las callejas, 
la lluvia sobre las tejas
y un pajarillo que anida
cantado coplas añejas
en medio de un mar de humo
que se convierte en las rejas
de la jungla en que consumo
mis esperanzas más viejas.

Mi esperanza más pueril,
más débil y más furtiva,
pero es esperanza viva
y al fin y al cabo, gentil;
A arroparme me motiva;
a dormirme en su regazo,
de la soledad me priva 
cuando la persigo, cazo
y me abraza inofensiva.

Tal vez ella se haga fuerte
y sea más grande conmigo,
tal vez buscará mi abrigo
si la abandono a su suerte...
O tal vez, como mi ombligo,
se volverá inseparable
siendo así el mejor testigo
del anhelo interminable
que a su lado yo consigo.

En ella puedo soñar
que se juntan mar y cielo
y que en la noche al desvelo,
la luna puedo besar
como beso el desconsuelo,
las horas del desencanto,
cuando no vuelo en su vuelo
y el tiempo se hace quebranto
al nudo de mi pañuelo. 

Yo mantengo la esperanza 
que la esperanza me ofrece,
siendo río que se crece
o respuesta que no alcanza
la pregunta en que se mece.
Violín en la primavera
y otoño que se estremece
deshojándose a la espera
del naranja en que adolece.

Y sigo teniendo dudas
pero no la fé perdida,
sigo andando con la herida
de las verdades más crudas.
Sigue mi alma protegida
en esta sutil alianza.
¡Cuánto disfruto la vida
porque tengo la esperanza
con la luz siempre prendida!

Guadalupe Santana Suárez ©

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