miércoles, 30 de junio de 2021

ISIDRO SOLY MEDINA


ISIDRO

Aquella madre desesperada,
rota de pena y dolor,
gritaba con amargura,
por ese largo pasillo
la muerte de su amado hijo.

Eso fue lo que viví,
aquel trágico y triste día,
ella lloraba desconsolada
sin atender a razones,
ni consuelo,
era ella y su amargura.

Había perdido a su hijo,
a su hijo tan amado,
por el que ella su propia vida
sin dudarlo, habría dado.

Señor, ¿por qué no me llevaste a mí?
Pues ya los años me pesan,
él tenía su mujer y sus hijas,
era muy joven todavía,
entre sollozos se repetía.

Pero desgraciadamente,
el destino no atiende a razones,
lo lleva marcado a fuego
y se cumple el mismo día.

Ya nunca volvió a ser
aquella que un día fue,
se le borró la memoria
y esperaba que la muerrte
viniera un día a por ella.

Sí, mis queridos amigos,
eso fue lo que vi,
aquel trágico y triste día,
ella era Narcisa, mi querida suegra,
y él, Isidro, ese cuñado inolvidable,
al que querré mientras viva.

SOLY MEDINA

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