ANSIEDAD
Caminé a solas en el tiempo,
entre el fuego voraz de los volcanes,
sometiendo mis heridas calcinadas,
al tormento de la especie sometida.
Y vagué por la lava atormentada,
en silencio muchas veces compartido
y sentí a la guadaña destrozando
la maleza que surgía corrompida.
Y no pude adornar la tibia roca,
aún sabiendo que el calor la derretía
y conté al viento etéreo mi desgracia
sin saber que la tormenta le seguía.
Arrastré de pura necia mi desgracia,
sin pensar que la borrasca se acercaba...
Solo quise huir del pésimo linaje,
que puso al mundo que quería en agonía.
Y vagué por la lava atormentada,
en silencio sin saber a donde iba
y en mi ruego abracé una esperanza,
cuando el aire se rindió junto a mi oído:
"solo escucha pequeña alma desolada,
como arrecia la lluvia en tu camino,
ella limpia de silencios las palabras
y culmina en tus alas doloridas.
No detengas tus pasos ni un instante,
haz retazos de momentos tu camino,
siente el frío abrazador de las miradas
y camina más despacio por las sombras de la vida.
El silencio es morada de quien ama,
la ansiedad es la pena del olvido,
el calor muchas veces la nostalgia
y la sed son las ganas de vivirla.
Toma el cielo en tus manos un instante,
dale un soplo de suspiros malheridos,
ten la fe que olvidaste con los años
y haz un nudo de bondad con la desidia.
Deja ya de vagar en lava hirviendo,
para dar paso a la lluvia del otoño,
que ya viene el frío blanquecino,
ese don tan mezclado de fortuna.
El silencio es morada de quien ama,
la ansiedad es la pena del olvido,
el calor muchas veces la nostalgia
y la sed son las ganas de vivirla".
Paz Monzón©
(Todos los derechos reservados)
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