A falta de unas horas para ser agasajada por la sociedad teldense en esta importante cita que cada 28 de diciembre, desde el año 94 y salvo una excepción, se repite en el Restaurante La Culata II de Valsequillo, Pino Monzón espera ilusionada el momento.
Como ayer recordaba en El mostrador de Ezequiel López, cuando el alto comisionado de la Orden, José Báez, le comunicó la noticia pensó que le habían hecho “una buena inocentada”. Sin embargo, recogió y pasadas dos o tres, haciendo valer su condición de escritora y de mujer a la que le fluyen las palabras, ya tenía listo el discurso que mañana pronunciará ante el público.
Sin entrar en materia reservada, Monzón desvelaba alguno de los detalles de la que será su intervención. “El discursito ya lo tengo preparado. Son dos folios y medios. Voy a proyectar lo que soy. Y el sentido del humor, que siempre lo llevo a cuestas y que me ha salvado de infinidad de naufragios, estará presente”, comentaba.
Así, la Inocente de este 2016, una mujer afable y sencilla como ella misma se define, apostillaba que aprovechará la “coyuntura” para “desquitarse de alguna cosilla”. “Alguno se va a llevar una socolá”, añadía en tono socarrón.
José Báez, que durante la entrevista acompañó a la homenajeada, apuntó de ella que es una persona con un amplio bagaje cultural, poético y literario, y también musical. Asidua asistente a todos los actos de esta índole que se desarrollan en el municipio.
Además, reconoció que la Orden había tardado “más tiempo de la cuenta” en premiar a una mujer, pero que no podían haber elegido mejor homenajeada para este hito histórico. “Quién mejor en Telde para ser reconocido por sus méritos y prestigios que Pino Monzón”, apuntaba al tiempo que describía a la galardonada como una fémina “que rompe moldes”.
Encuentro fraternal
La Orden de los Inocentes surgió en el año 1994, de un encuentro de unos cuarenta amigos por iniciativa del empresario Fernando Bernal. Cada año se celebra una velada en la que se distingue con el premio Inocente del Año a algún ciudadano destacado, quien como recuerdo recibe una reproducción en bronce de la escultura Palmeras con olor a mujer, una obra de Máximo Riol Cimas diseñada y elaborada en exclusiva para este fin.
El encuentro de esta Orden consiste en un acto de hermandad y confraternización. La fraternal cita navideña cuenta con la presencia de una nutrida representación del mundo cultural, empresarial, educativo, político y social de Telde. Desde el pasado año se incorporó un nutrido grupo de mujeres a la reunión anual.
La cita también tiene un fin solidario. Durante la noche se organizan dos rifas, una de una cena en la Culata II y otra de un televisión para recaudar fondos que luego se entregan a una organización benéfica del municipio.
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