martes, 29 de julio de 2014

La bolsa de valores y otras consideraciones

Triberio Santana
En las “Escuelas de negocios” de todo el mundo, jamás recibirá nadie una clase de cómo cosechar pimientos y ya no te digo de cavar papas, y es que estas actividades nunca serán negocio, cualquier estudiante medio según el informe Pisa, sabe que la economía real no excede el 20%; lo demás es “negocio” y está en la bolsa.
 
Como definición nos cuentan que: “Fortalecen el mercado de capitales e impulsan el desarrollo económico y financiero de los países”, (de los que disponen de ella se entiende), y aunque no tengamos puñetera idea de cómo funciona ni pillemos nada de su lenguaje habitual, y no es que debiéramos saberlo, ya que uno aprende aquello que nos es útil, y si no tienes dinero… (bueno, con excepciones; un servidor se enteró el otro día que la RAE define “jeme” como la distancia entre el pulgar y el índice, ya ves, aunque quizá mejor el no haberlo sabido, igual alguna moza en lugar de sonreír con alguna de las cosas que dije, me hubiera dado un sopapo cuando pretendiendo ser culto, le espetara que tenía un buen “jeme”, que en este caso tiene otro significado). Bueno, a lo que ibamos, aunque no entendamos un carajo, no hay cadena de televisión que en su noticiero no nos espiche algo así como que: “en Alemania se experimenta un “bear market”, lo que llama mucho la atención con el “bull market” de wall street“, y si ese día te da por no hace zapping, sientes curiosidad y decides descubrir que hay bajo los “osos y los bueyes“…, (que para nada).
 
Lo cierto es que los mejores trileros, están dentro, arriba, abajo y en el entorno de la bolsa de valores, y esto es así desde que en 1460 se abriera la primera en Amberes hasta las algo más de 130 que existen en la actualidad, y en este tiempo cuando no con tulipanes, la lian con petróleo, con suprimes o cualquiera de las peores artes para hacerse con los pequeños ahorros de los incautos. El techo de la otra bolsa de nuestros valores, probablemente lo empezara a hundir Julio II medio siglo después de que apareciera la de Amberes, al tiempo que reedificaba la basílica constantiniana, (San Pedro en la actualidad), de los muros se ocupó Marcial Maciel y muchos otros “legionarios” parecidos y no será fácil que Francisco salve siquiera los cimientos.
 
Mi pregunta es: ¿para cuando la bolsa de valores Ultimate?, aquella que beneficie o devalúe en función de los comportamientos del ser humano, aquella en la que todos tengamos voz y voto, genuinamente democrática; disponemos de una fluidez de información global jamás soñada con anterioridad, unas redes sociales que a día de hoy tienen un buen grado de autenticidad y por suerte tenemos un pequeño margen hasta volver a la esclavitud; ¿por qué no usarlos?, ¿por qué somos tan dejados e insensibles?, ¿Qué significa para cada uno de nosotros 1 minuto de media al día?, el suficiente para leer la etiqueta de la lata o paquete de la estantería. Ah el código de barras empieza por 729…, ahí te quedas. Ah Zara, (Bangladesh), que bonito me hubiera quedado…, Nike (India), que bueno el curry…
 
Si una mayoría cumpliéramos con la obligación que supone la adquisición del conocimiento de aquello que nos incumbe en beneficio o detrimento propio y de nuestros hijos, y si decidiéramos gastar en consecuencia los cuartitos que disponemos antes de que volvamos a ser remunerados con arroz bichado, seguramente las bolsas de valores bursátiles se aproximarían aunque fuera poco a valores dignos de la humanidad.
 
Y es que a veces resulta injustificable nuestro comportamiento, el problema siempre lo tienen otros, hasta que nos toca, mientras hacemos el ridículo y el hazme reír para el capital y sus lacayos administradores, hay quien les llama insuficientemente “casta”, no estamos en la india que solo así se pudiera entender, los adjetivos bien pudieran ser otros, todos descritos en nuestro propio código penal. Es posible que alguien diga, “vale teólogo”, ¿y que puedo hacer yo?. Pues si fuiste a la manifestación contra las prospecciones en Canarias, o no estás de acuerdo con ellas, no repostes en sus estaciones coño, y sé congruente, convence a alguien más para que no lo haga, empieza por ahí mismo y ya verás…
 
Triberio Santana es miembro de Más por Telde.

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