sábado, 13 de julio de 2013

Pablo Rodríguez Hernández brindó un entrañable pregón para dar comienzo a las Fiestas de Hornos del Rey


Buenas noches a tod@s, autoridades, señoras, señores, vecinos y vecinas de este pago, amigos todos.
En primer lugar, quiero agradecer públicamente la confianza depositada en mí, por los representantes vecinales, para que sea yo quien realice el pregón de las fiestas de Hornos del Rey, en honor de la Virgen del Carmen.
Muchas gracias.
La devoción a la Virgen del Carmen está muy arraigada en el pueblo canario, celebrándose en numerosas localidades, muchas de las cuales de más nombradía que nuestro humilde barrio.
Como pregonero me he marcado el objetivo de que, una vez terminada mi intervención, nadie dude que será aquí, en este lugar escondido, donde va a gozar de las mejores fiestas y además que empiecen a ver a Los Hornos del Rey, no como un sitio lejano y casi desconocido, sino como un lugar con gran valor histórico y patrimonial.


Qué hace a Hornos del Rey distinto de otros sitios. Las paredes del barranco, a modo de murallas, lo protegen, haciendo que se guarde  como un tesoro la bondad, el compromiso social y las ganas de mejorar de sus gentes, teniendo como enseña la acogida que se da al forastero y que se refleja en el devenir diario.
Este rinconcito acogedor y humilde, oculto entre montañas y no con muy fácil acceso, sin pretenderlo fuenoticia a nivel regional y nacional.
Cuando la votación celebrada para decidir la entrada o no de España en la OTAN, la mesa que tocaba formarse en el local de la Asociación de Vecinos, no se pudo constituir por causas de fuerza mayor*, por lo que la votación tuvo lugar con posterioridad. Hay que señalar, que a pesar de conocerse el resultado, muchas personas acudieron a votar y ganó el NO   a la OTAN.
Humildealejadocasi desconocido, a veces olvidado por las instituciones, este paraje tiene su historia.Aparece en los libros.
En el libro Historia de las siete Islas Canarias (1.694), de Tomás Marín y Cubas, se nombra, en episodios anteriores a la conquista, esta zona. Se narra cómo tras un desembarco de conquistadores en boca-barranco de Telde, los mismos emprendieron la marcha adentrándose en la isla, sin tener resistencia alguna. Subieron por el que se conoce como Lomito de S. Antonio  hasta llegar a La Matanza. Allí sufrieron una grave derrota, de ahí del nombre: Matanza*.
En el libro Diario de Telde (1.806) de José Zuaznávar y Francia dice:
“10 de Enero de 1.806
Habíame dicho varias veces el presbítero D. Francisco Perera, vecino de la Real de Las Palmas, que a D. Diego Valentín Hdez. le oyó referir que en el año 1.711 un cojo pedrero formó de piedras de una cantera de Jinámar, las dos pilas del agua bendita de la catedral y las dos del sagrario, estas con la expresión del año que se hicieron y que también ha oído contar a D. Vicente Sánchez, actualmente racionero de la misma santa iglesia, que su padre, dueño con otros de la expresada cantera, había dado permiso para que extrajeran la piedra necesaria a fin de hacer las tales pilas.
Añadía el presbítero Perera, que hoy sirve en la iglesia del seminario una de las pilas que tenían la expresión del año en que se hicieron … Últimamente, el beneficiado de Telde, D. Cristóbal de Morales me había asegurado varias veces que las pilas de la ermita de Jinámar son de mármol y de una cantera del mismo pago.
Con estos antecedentes, me dirigí el día 10, por la tarde, al pago de Jinámar y hallé que donde llaman los Hornos del Rey, cerca del barranco de Las Goteras, casi en lo más alto de un cerro, hay una capa de espato o piedra blanca caliza de media vara (una vara mide unos 84 cm.) de profundidad, que se presenta
sentada horizontalmente, corriendo unos 150 varas de oriente a poniente.”
En la biografía de Luján Pérez (1.756-1.805), escultor de numerosas tallas que salen en procesión durante la Semana Santa de Canarias, así como arquitecto que participó en la construcción de la catedral de Santa Ana, se señala “No contento con su trabajo en madera, que le habían alcanzado dentro y fuera de la provincia tan honrosa y merecida reputación, se propuso y consiguió labrar y pulir el mármol y el jaspe, extrayéndolo de las canteras que existen en G. Canaria en los sitios de La Aldea y Jinámar. Muestra de este difícil trabajo es el bajo relieve que se descubre en el frontón posterior de la catedral, representando aSanta Ana y los siete modelos de jaspe que se conservaban el Museo de la Sociedad Amigos del País, y que se han perdido.
A esta altura, espero que nadie desconozca que el nombre de este pago se debe a la presencia de hornos de cal, en el mismo. Que yo sepa, los que estaban próximos a la ubicación del colegio, uno en muy malas condiciones, terminando por desaparecer al igual que el otro, con motivo de las obras del mencionado colegio.  Según tengo entendido, eran los más antiguos. Actualmente, quedan dos, uno de los cuales, está transformado en aljibe.
Llevado por mi preocupación por conocer y dar a conocer la historia de mi pueblo, anteriormente de manera informal y a partir del 2.000 dentro del Proyecto “Conoce tu barrio”, he realizado distintas rutas por el mismo, con diferentes grupos de personas, entre ellas las hechas a Hornos del Rey, para visitar los hornos de cal, las cuevas donde se extraía y la veta de mármol.
Desde aquí quiero reivindicar ante las autoridades locales y la representación vecinal,  la protección que estos hornos necesitan, así como su restauración. Por qué no ir más lejos, y  crear el Museo de la cal.
“Oigan, o cuidan los hornos o tendrán que buscarle otro nombre al barrio”
A la cal se la ha conocido como elemento purificador. Los mayores recordarán como se le echaba unapiedra de cal al aljibe para conservar el agua. También se albeaban las casas para resguardarla de enfermedades contagiosas.
En tiempos de epidemias, en siglos anteriores, se enterraban a los muertos, víctimas de las mismas, encal viva, a fin de evitar la propagación del mal. De hecho,  al lado de la antigua tienda de aceite y vinagrede los Miranda, laboriosa familia, había un muro de piedras de cal, con una cruz, que señalaba unenterramiento en cal con motivo de alguna epidemia.
Alabo el hecho de que uno de los actos punteros de estas fiestas sea la Fiesta de la Cal, por lo que tiene de reconocimiento de la presencia de este elemento aquí, y lo que eso significa.
Mis primeros recuerdos de este lugar, siendo yo un machanguillo, es que era un sitio lejos y punto de descanso cuando, con mi madre y mis hermanos, iba caminando a Las Goteras y nos parábamos en la tienda a echarnos un vasito de agua o, si las perras alcanzaban, un vasito de Clipper.
Más tarde, siendo ya un galletoncillo, tuve o mejor dicho, tuvimos, éramos un buen grupo de amigos, nuestras escaramuzas guerrilleras contra la chiquillería de esta zona y del Lomo Pelado, siendo la “guirriá de veroles” la manifestación más destacada de nuestras empresas bélicas.
Mi vinculación con el barrio se hizo más profundo “por culpa” de mi amigo Pedro Galván, que a estas alturas no creo que necesite presentación. Yo estaba llevando a cabo un proyecto de deporte en el colegio José Tejera, del cual Pedro formaba parte.
Recuerdo que por los años 90, con motivo de estas fiestas se organizaron distintos encuentros deportivos: Fútbol, fútbol-sala y baloncesto.
(pssss)“Pablo, tienes que ir para arriba”, fue la indicación de mi amigo. Y para arriba vine. Con mi coche Toribio (Panda-Marbella) iba barranco arriba, barranco abajo con diez o doce chiquillos de Jinámar, cual“pirata”,* con miedo a que me trincara  la Guardia Civil, pues alternaba varios torneos a la vez.*
Miren en los líos que me metía, que una vez yendo para Las Remudas a jugar a balonmano, con trece niñas en mi Toribio, me paró la policía. Hicieron bajar a las trece niñas y me prometieron que si las volvía a colocar, me dejaban marchar sin multarme. En menos de un minuto se remató la faena, arranqué y atrás dejé a la Benemérita echando cuentas de cómo lo había conseguido.
Quiero agradecer al amigo Fermín la colaboración prestada y el entusiasmo puesto para el buen desarrollo de los torneos, formación de los equipos de fútbol y fútbol-sala, así como encargándose del arbitraje de los partidos.
Es de destacar, como el mencionado caballero sigue al pie del cañón en todo este mundillo deportivo, no hay más que ver su buena figura.
En los torneos de baloncesto participé como jugador y en alguna ocasión como árbitro.
Los partidos contra el equipo Los Hoyos se nos ponían cuesta arriba, pues contaba con dos jugadores, a los que llamábamos los hermanos Ramón, que eran unas torres de unos dos metros y cien kilos bien despachados, que nos hacían casi imposible acercarnos a su canasta.
Capítulo aparte merece mi amigo Boro, siempre atento a  las necesidades de los jugadores: la garrafa de agua, un refresquito, un helado…, y a todo aquello en que pudiera colaborar, para que las fiestas salieran bien.
La cal forma parte del ADN de los nacidos aquí, por lo que se podría decir que son gente “purificadas”. Gente de buen corazón que tienen a la Virgen del Carmen como madre. Gente de buen corazón que se unen para festejar a María poniendo todo su empeño en elaborar un programa de actos que contagie por su variedad y alegría a los lugareños.
Los vecinos del barrio, ustedes, sus antepasados, queriendo tener un local digno donde honrar a la virgen, abrigan el sueño de construir un templo.
Es el Ayuntamiento de Telde quien ejecuta la obra. Pasa el tiempo. Las fiestas están próximas. La estructura del edificio estaba acabada, pero faltaba poner los pisos, encalar y pintar. El anhelo de todos era celebrar la misa del día del Carmen, con la solemnidad requerida.
En quince días, los vecinos, con ayuda del Ayuntamiento culminan la obra. Fueron días de mucho trabajo, esfuerzo y unión. Nadie miraba el reloj. A más de uno le dio la madrugada con el rodillo en la mano, mientras que otros se encargaban de que las brasas no se apagaran y que las sardinas acabaran bien asaditas.
La misa se dijo en la fecha prevista, siendo el celebrante el P. Rafael (d.e.p.).
Los que vivieron aquellos días, seguro que lo recuerdan como uno de los  acontecimientos más señalado del barrio.
Merece resaltarse como la Comisión de Fiestas con gran imaginación, ilusión y empeño, sobreponiéndose a la crisis, ha elaborado un programa de actos de lo más amplio y variado.
Me quiero detener en tres actividades, que junto con la Fiesta de la cal, son las que aglutinan más público y dan personalidad a estas fiestas.
En primer lugar: La caminata a Las Goteras el día del Carmen por lo que de tradición encierra.
En segundo lugar: La romería ofrenda el día 20, como manifestación del folklore canario y ocasión para disfrutar con los amigos, echando unas isas al viento y un tanganazo entre pecho y espalda.
Cuiden su realización y la vestimenta de los y las participantes. Como diría una amiga “romeros si, roneros no; ataviados/as si, disfrazados no”.
Y por último, el sancocho, evento que se ha consolidado con el paso del tiempo, y cuya preparación y degustación es un válido pretexto para el encuentro entre amigos, vecinos y visitantes.
Pelando papas, desalando el pescado, haciendo el mojo y todas cuantas tareas que el sancocho precisa, nos encontramos con Anastasio, Juan Chil, Antonio Sosa y su padre, Francisco Morales (perdonen si he olvidado a alguien) y como no, Reyitas, que no sólo está en los preparativos del sancocho, sino que echa una mano en cualquier sitio donde se requiera su ayuda.
Por último, me reitero en mi agradecimiento hacia la Comisión de Fiestas por haberme otorgado el privilegio de ser el pregonero este año.
Deseo que al término de los actos programados, y se vuelva a la rutina del quehacer diario, todos sientan que la armoníala unión y los buenos sentimientos haya sido la seña de identidad de estas fiestas. Que este modo de proceder sea ejemplo para cualquier otro barrio, institución, sociedad en general, incluida la clase política.
Estoy seguro, que la Virgen del Carmen, que protege este caserío, como buena madre quiere que sus hijos e hijas permanezcan unidos y en paz, trabajando por el bien común.
¡FELICES FIESTAS!

Galería de Imágenes  (José Luis Pérez Gónzalez)

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