viernes, 6 de noviembre de 2015

Hay que dinamizar Los Llanos para que resurja cual ave fénix"

Mónica Muñoz, la cabeza visible de los empresarios, inicia las fiestas con un pregón en el que desgrana las debilidades y fortalezas del núcleo ● "No podemos convertir este referente en un barrio dormitorio, apagado, triste y desértico”, señaló

Mónica Muñoz, en los momentos previos a la lectura del pregón junto a sus dos hijos (Foto TA)
TELDEACTUALIDAD
Telde.- San Gregorio ya está en fiestas. Uno de los rostros más conocidos del barrio, la empresaria Mónica Muñoz, ha sido la encargada este viernes de dar inicio a la jarana con un pregón más analítico que el ofrecido en años anteriores por sus antecesores. Sin dejar de realizar un somero repaso a la historia del enclave, la presidenta de la asociación de comerciantes del lugar ha invitado a la toma de medidas para conseguir la cohesión social y recuperación económica del entramado urbano.

Con más treinta minutos de retraso sobre el horario previsto por el Ayuntamiento de Telde, pasadas las 21.00 horas, comenzaba el pregón de los fastos en la plaza de Los Llanos, al abrigo del quiosco de la música. Un emplazamiento novedoso elegido por la Concejalía de Festejos para el desarrollo de este acto. Precisamente era la música popular del grupo Centro la encargada de animar un poco el ambiente en la plaza pública en esta apacible noche. Sin embargo, a excepción de un tema inicial, la actuación se tuvo que posponer hasta el final del discurso por problemas técnicos con la megafonía.

Como ya viene siendo una norma no escrita en este tipo de intervenciones, la conocida empresaria teldense arrancaba su discurso tras ser presentada por la alcaldesa y el concejal de Festejos, confesándose “orgullosa” por haber sido la elegida para dar el pistoletazo de salida a los fastos del compatrono. También reconoció sentir “miedo, incertidumbre y ansiedad” ante dicha responsabilidad, sensaciones que habitualmente no se desvelan con tanta contundencia.

“Sólo soy una humilde mujer que ha trabajado desde muy joven para poder dar a mi familia un futuro esperanzador. Por ello no voy a darles cifras o datos o lecciones de historia, únicamente les daré la visión que esta mujer tiene de este barrio de San Gregorio, desde el aspecto comercial o empresarial, partiendo desde su origen comercial”, aclaró a las primeras de cambio.

La pregonera inició su intervención aludiendo a su llegada al mundo (un 4 de mayo de 1971 en Valsequillo) y a su traslado a Telde con muy pocos años. Su paso por el colegio María Suárez de Fioll, en La Pardilla, y por el IES José Arencibia Gil de San Juan también estuvieron presentes en la alocución, donde reconoció que pronto se inició en el mundo del comercio, iniciando un contacto con el mundo del calzado y las confecciones que aún se mantiene.

Las referencias a la creación y ampliación de su familia, junto a los lazos de unión con la iglesia del barrio, también centraron su atención ante un auditorio más que atento en el entorno de la plaza de San Gregorio.

Acto seguido, Muñoz se sumergió en el origen comercial de San Gregorio. “Fue en el siglo XV cuando la familia Jaraquemada se asienta en Telde, dando nombre a este barrio conocido como los Llanos de Jaraquemada. Esta familia de extremeños se dedicó al cultivo de la caña de azúcar que posteriormente comercializaría. Y bajo este paraguas se fueron asentando grupos poblacionales a mediados del siglo XVI de origen más humilde que realizaban su trabajo en la producción de la caña de azúcar que estaba en manos, por aquel entonces, de los grupos más altos de la sociedad de la época. Este crecimiento”, ilustró a los asistentes, “dio lugar al nacimiento de la ermita de San Gregorio a cuyas faldas nos encontramos, concretamente en el año 1550. Pronto se quedó pequeña y se hizo necesaria una ampliación realizada allá por 1770 gracias a las aportaciones principalmente, de los vecinos y feligreses de la zona”, relató la pregonera.

Aquel bucólico mercado
La empresaria tampoco se dejó atrás las referencias a un mercado “en donde se daban cita numerosos agricultores y artesanos procedentes de los pueblos cercanos. Pero no sería hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando aparecerían las primeras firmas comerciales estables impulsadas por la libertad comercial, por los puertos francos, así como el inicio de diferentes obras de infraestructuras viales, como la carretera de Las Palmas a Telde con la construcción del famoso Puente de los Siete Ojos, y, sobre todo, el nacimiento de una industria tan importante, la fábrica del ron”, rememoró.

Muñoz situó entonces el verdadero “apogeo” de los establecimientos de la zona a partir de 1940 . “Se fueron instalando a lo largo de las diferentes calles comerciales. Tal es así que en una misma vía se podían encontrar hasta diez comercios, mal llamados tiendas de aceite y vinagre, que hoy día los llamaríamos micro-almacenes pues vendían de todo: desde un hilo hasta un kilo de harina. Las formas de venta eran a plazos o mediante trueques, y se continuaba con los mercadillos los sábados y los domingos, aquí en la plaza de San Gregorio y en la plaza de Arauz”, apuntó poco antes de aludir a la construcción del antiguo mercado municipal, hoy Casa de la Juventud.

“Telde era la ciudad que suministraba a los pueblos del sureste como Agüimes o Ingenio, y a los de medianías como Valsequillo”, vendría a sintetizar acto seguido la pregonera.

Colectivismo
Pero San Gregorio también fue, a juicio de Mónica Muñoz, “partícipe del cooperativismo, naciendo las primeras asociaciones de empresarios y emprendedores”. En concreto, se refirió al boom vivido por el sector del mueble en el barrio y cómo a su alrededor fueron floreciendo establecimientos tan conocidos y queridos como los de los Hernández, los Marrero, los Ojeda “y tantos otros que han sido un referente no sólo aquí, sino en Valsequillo, Ingenio o Agüimes. Hoy en día aún existen algunos”, aseveró.

Comercio y cultura se dieron entonces la mano con la celebración de numerosas tertulias y reuniones en el parque León y Joven. Y apareció una actividad paralela, de índole social, que tuvo como estandarte a La Fraternidad.

La década de los 90 trajó la apertura de las primeras grandes superficies en Telde, la inacción administrativa y una falta de fomento y de dinamización comercial “por parte de quien podía y debía desarrollar y potenciar el comercio, y por qué no, también por los propios comerciantes, que no supieron o no pudieron adaptarse a las nuevas formas de mercado y de ventas cuando se inició la fase de degradación comercial y empresarial de este corazón económico de Telde”, confesó dolida Muñoz.

“Es evidente, y a nadie se le escapa”, prosiguió, “que las causas no las podemos buscar en una única dirección. Han sido un cúmulo de causas, de síntomas, que han ocasionado que ese corazón económico de Telde entrara en parada. Para cualquier comerciante, independientemente de cómo le vaya a título particular, el hecho de pasear por esta zona y ver locales cerrados, fachadas abandonadas y calles desiertas es desolador: es sufrir de pena por ver cómo se marchita poco a poco un barrio del que debemos sentirnos orgullosos por su historia y por su simbolismo”, sintetizó.

En la recta final de su intervención, la pregonera hizo votos por proteger y dinamizar el núcleo, al objeto de que resurja cual ave fénix. “No podemos convertir este referente en un barrio dormitorio, en un barrio apagado, triste y desértico”, señaló. También aprovechó para recordar la reciente puesta en marcha de la asociación que preside. “Su objetivo no es otro que intentar trabajar en pro del mismo, teniendo como meta la consecución de ese esplendor de antaño, de forma moderna, con amplitud de miras. En ese reto estamos”, alegó.

En busca de la unión
Las cifras que aportó -con más de 100 socios ya en la asociación Zona Comercial Abierta San Gregorio y la apertura de 15 nuevos establecimientos- invitan al optimismo. Además de ello, Muñoz invitó a todos a “apostar por lo nuestro, por nuestra ciudad y por nuestros comerciantes y pequeñas empresas que dan trabajo y crean riqueza”.

En esta línea, reivindicó una unión que no sólo sea empresarial, sino también social, y en la que se impliquen asociaciones de vecinos, comerciantes y grupos sociales. De la misma forma, exigió un mayor fomento de la cultura de nuestros antepasados “a través de nuestros jóvenes, con actividades en colegios, en asociaciones, en los distintos colectivos, abriendo puertas y ventanas para atraer a la sabia nueva, al futuro de nuestra ciudad”.

“San Gregorio, como barrio que nos acoge y la ciudad de Telde”, arengó a modo de remate, “no sólo debe ser una gran ciudad por derecho. Debe ser una gran ciudad por ser solidaria, hospitalaria, comercial, cultural, deportiva, moderna y de futuro”.

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